Velocista.  Corredora.  Atleta de salto de longitud.  Filántropa.  Ecologista.  Fundadora deTeam Para Atletiek Club. Atleta paralímpica.

Cuando un niño nace con una deficiencia congénita de extremidad (un brazo o una pierna), no solo afecta al niño, sino también a los padres y a las familias. Los padres de Marlene Van Gansewinkel, nacida sin antebrazo, tobillo y pie izquierdos, solo veían a una hermosa niña con un potencial extraordinario.  Fue esta mentalidad positiva la que impulsó a Marlene hacia el éxito deportivo.

«Mis padres me decían que no había nada que yo no pudiera hacer. Según ellos, de pequeña ya decía a gritos: ‘Si Marlene practica, Marlene puede hacerlo’».

Tras varias operaciones a lo largo de su primer año de vida, a Marlene le amputaron el dedo gordo del pie y los dedos de la mano derecha.  Gracias a una prótesis para la pierna, aprendió a gatear cuando tenía un año y medio.  Más tarde, a los ocho años, se sometió a una importante operación en la pierna izquierda para unir el gemelo y la espinilla, lo que le permitió caminar perfectamente con la prótesis de pierna.  Durante su infancia, le gustaba estar al aire libre, practicaba numerosos deportes y llegó a formar parte de un club de fútbol femenino.

«Quería practicar los deportes que hacían mis compañeros».

Participó en NOC-NSF Paralympic Talent Day y no tardó en impresionar al equipo de entrenadores con su velocidad y fuerza.  Ese mismo día le pidieron que se uniera al equipo paralímpico holandés.  Tenía 17 años.

Tras meses de entrenamiento con una prótesis diaria, recibió un pie para correr a medida y notó la diferencia al instante. 

«Fue una gran sensación que nunca había experimentado».

Marlene solo había entrenado una semana antes de ganar su primera competición.  Estaba en proceso de conseguirlo.  Dos meses después de recibir su prótesis para correr, debutó en los 100 m en los campeonatos del mundo de Lyon, en los que quedó séptima, con un récord de 14,32 segundos.  Posteriormente ganó varias medallas, récords nacionales y campeonatos mundiales, hasta llegar a batir el récord mundial en los 100 m T64 en el Gran Premio de 2019 en Nottwil (Suiza).

A día de hoy, con su Cheetah Xtreme, Marlene lucha por conseguir su próxima medalla de oro.

«Estoy mejor en todos los sentidos, como persona y como estudiante. He encontrado mi lugar y soy más feliz».