Markus
¡Un paso adelante!
Un abrazo de agradecimiento. Rostros resplandecientes. Voces repletas de alegría. Markus acompaña a la niña a la puerta. Mira con orgullo cómo su “pequeña clienta” se desplaza por las escaleras de camino al coche de la mano de su madre. La próxima cita ya está prevista. Markus es técnico ortopédico.
Markus empatiza mucho con sus pacientes. Se toma tiempo para hablar sobre sus metas y sus deseos. Considera importante crear un vínculo personal y que los clientes se sientan cómodos. Sin reservas. Conoce los problemas que implica una amputación. Conoce los temores de sus pacientes porque los ha vivido en su propia piel. En el año 2003 perdió la pierna derecha por debajo de la rodilla; solo tenía 14 años. Markus está amputado.
Mi meta: ayudar a otros a alcanzar las suyas.
Markus se arrodilla frente a su cliente con las herramientas en la mano. Ha recibido una nueva rodilla biónica y hoy toca el ajuste. Procede a montar los componentes con cuidado y le pide que la pruebe. “¿Cómo la sientes?”, le pregunta. Observa sus pasos con mirada crítica. Su experto ojo no está satisfecho del todo. Unos minutos más tarde, asiente con la cabeza contento. Se sienten relajados juntos. Se ríen muchísimo. Las conversaciones son familiares. Una vez que ambos están satisfechos, la acompaña a la puerta. Se despiden. Él agita la mano mientras ella se dirige al taxi de forma segura.
Markus tiene una gran variedad de clientes. Ya sean niños, jóvenes o mayores, está plenamente comprometido con ellos. La recuperación de su movilidad y trabajar juntos para alcanzar metas que parecen lejanas le produce mucha satisfacción.
Vuelve al taller. Tiene que terminar algunas prótesis. El ambiente entre sus colegas es bueno. Intercambian ideas, discuten los casos y aprenden unos de otros.
Las manos de Markus están cubiertas del gris de la escayola. El polvo baila en el ambiente. Quiere terminar unas cuantas cosas. Su jornada laboral está desbordada. Como siempre. Por fin acaba. Ha terminado por hoy. Los próximos días no estará. Los próximos días toca competición.
Con su prótesis deportiva en la mano, a la que acaba de hacer los últimos ajustes, se dirige al coche. El centro de entrenamiento es un hervidero. Saluda con entusiasmo a las caras conocidas de camino al vestuario. Su entrenador ya está allí, esperándole. Ahora comienza su segunda jornada laboral. Markus es atleta profesional.
Puedo cumplir mis sueños
Concentración absoluta. Ojos mirando al suelo. Respiración profunda. Una salida fugaz. Las firmes zancadas hacen eco a través de la pista de entrenamiento. La tabla de batida se acerca. A continuación, el silencio; solo un instante. La fuerza brusca del aterrizaje esparce la arena en todas las direcciones. Lanza una mirada crítica a su entrenador, un breve análisis, vuelta a empezar. “No estuvo bien, puedo hacerlo mucho mejor”. Markus es un perfeccionista.
Su visión en la meta, romper su propio récord mundial, ganar medallas de oro y sacar a la luz el tema de la inclusión. Markus quiere demostrar al mundo que los atletas con discapacidad son dignos de competir con los que tienen plenas facultades físicas.
Recién llegado de una competición y ya en marcha para la siguiente. Cuando este atleta entra en la pista, la emoción en el estadio es evidente. Se palpa la expectación. Comienza el sprint, justo igual que en el entrenamiento. Concentración absoluta. Llega el salto. Cada vez más cerca de su propio récord mundial. Lo celebra con los espectadores. Markus es triple campeón paralímpico.
Pero no está totalmente satisfecho. Su fuerza de voluntad le impulsa hacia adelante. Todavía queda mucho por hacer y se nutre de fuerza con el trabajo que tanto le entusiasma. “Ayudar a las personas a recuperar su movilidad es una de mis mayores metas”.
“Ayudar a las personas a recuperar su movilidad es una de mis mayores metas”
Para mí, la vida sin limitaciones significa: ¡Saltar más lejos!
Incluso de niño, el deporte ya era una parte fundamental en la vida de Markus Rehm. Cuando tenía 14 años, tuvo que aprender a vivir con las consecuencias de un trágico accidente. Markus era un gran aficionado al esquí acuático cuando le amputaron la pierna derecha por debajo de la rodilla debido a una lesión. Poco después de encontrarse en la fase de recuperación volvió a practicar deportes. En primer lugar esquí acuático. En 2005, solo dos años después del accidente, acabó en segundo puesto en los campeonatos juveniles de Alemania.
Más tarde descubrió su pasión por el atletismo. Hoy en día es el campeón indiscutible en su clase (salto de longitud T64). Y la lista de logros sigue creciendo mientras lucha para batir su propio récord mundial de 8,48 m de distancia.
Markus es también muy activo en su vida privada y necesita una prótesis que esté a la altura de su ajetreada actividad cotidiana. Ya sea para caminar con soltura por los espacios confinados del taller, desplazarse rápidamente de cita en cita o entrenar en la sala de pesas, el Pro-Flex XC Torsion de Össur cumple con las exigencias de estas actividades. En cuanto al deporte, ha colaborado estrechamente con Össur en el desarrollo de la última generación de pie de quilla deportiva, el Cheetah Xpanse.
Markus es también un apasionado del tema de la inclusión, tanto en el deporte como en la vida cotidiana. Su sueño es poder competir junto a atletas sin discapacidad.