El camino de Julia hacia la resiliência
En el verano de 2017, Julia Soares, una agente de policía de 30 años de Carolina del Norte, empezó un día como tantos otros al servicio de su comunidad. Nunca pudo imaginar que aquel día ordinario daría un giro dramático a su vida.
Un hecho aparentemente banal se convirtió rápidamente en una pesadilla cuando un perro enorme y agresivo la tiró violentamente al suelo. En su lucha por la vida, Julia consiguió zafarse del perro, pero perdió el pulgar derecho en el proceso.
La amputación del pulgar le causó una pérdida del 40 % de la funcionalidad de la mano. En otras palabras, perdió casi la mitad de la utilidad de la mano. A pesar de este desgaste físico y emocional, Julia decidió afrontar su nueva realidad con humor, apodando “Sparky” a la parte del dedo que le quedó por su parecido con una cola que se menea.
Sin embargo, incluso rodeada del cálido apoyo de su familia y sus compañeros, Julia sentía un vacío interno.
Su recuperación, lejos de ser una escala fija, es un trayecto sin final. Julia es un poderoso recordatorio de que la recuperación es un proceso continuo, plagado de retos y triunfos. Cada etapa de este camino refleja la verdadera resiliencia de una mujer decidida a encontrar la fuerza en medio de la adversidad.
Una prótesis de pulgar personalizada
En plena rehabilitación y guiada por su terapeuta ocupacional, Julia vislumbró un rayo de esperanza. Su terapeuta ocupacional le presentó las prótesis de dedo Naked Prosthetics y la prótesis de pulgar ThumbDriver.
Julia recuerda: “Fue una época muy traumática de mi vida. No sabía que hubiera prótesis funcionales para pulgar”. Aunque la nueva tecnología suscitó dudas incluso a su médico, acabó recetándole la prótesis hecha a medida para su pulgar.
Su primer día con una prótesis de pulgar
No fue fácil conseguir que le aprobaran la prótesis de pulgar. Julia se enfrentó a dificultades, pero su determinación y defensa, junto con el apoyo de su equipo sanitario, lograron que el proceso del seguro avanzara con eficacia.
Tras varios meses de terapia y curación, por fin llegó el día tan esperado para que Julia recibiera su prótesis de pulgar, un ThumbDriver diseñado y fabricado a medida para su situación única.
Aunque estaba nerviosa, Julia sabía que su vida iba a cambiar en cuanto se colocara la prótesis.
Recuerda ese momento con emoción: “La primera vez que me la puse, fue como integrar una parte de mí misma. Me emociono solo de pensarlo. Había una botella grande llena de agua y pude agarrarla sin más. Por primera vez, podía sujetarla”.
La jornada continuó con una serie de momentos positivos e inspiradores. Esa misma tarde, Julia fue al gimnasio, donde se grabó a sí misma botando y sosteniendo una pelota. Después del entrenamiento, decidió celebrar esta victoria personal yendo un restaurante, donde consiguió sujetar sin problemas un burrito con la mano afectada por primera vez desde el accidente.
Estas pequeñas victorias marcaron un nuevo capítulo en la vida de Julia gracias al poder de la tecnología y la determinación para reconstruir una vida llena de posibilidades.
““En cuanto me la puse, supe cómo utilizarla”. Es como si mi cerebro estuviera conectado a ella sin necesidad de cables ni baterías”.”
Julia Soares
Recuperar lo perdido
Con la ayuda de su prótesis de pulgar ThumbDriver, Julia reanudó lentamente sus actividades cotidianas. Volvió a abrocharse la camisa, sostener una taza de café o cortar verduras. Y lo que es más importante, la prótesis de pulgar le permitió retomar su trabajo de guardiana de la paz que tanto le gusta.
Sparky se convirtió en Sparkinator
Julia llama cariñosamente a su nuevo pulgar “Sparkinator” en homenaje a la parte de dedo que le queda y para destacar su aspecto mecánico de alta tecnología.
Además de recuperar la funcionalidad, Julia afirma que la prótesis de pulgar le proporciona un rango de movimiento natural que es fundamental en su trabajo como agente de policía.
“En cuanto me la puse, supe cómo utilizarla”. Es como si mi cerebro estuviera conectado a ella sin necesidad de cables ni baterías”, explica Julia.
“Cuando intentaba disparar con la pistola sin la prótesis ThumbDriver, la sentía muy inestable y poco segura”.
Para usuarios como Julia, una prótesis de dedo Naked Prosthetics es mucho más que una herramienta funcional: es la clave de la confianza en uno mismo. Julia lo resume así: “Con una prótesis, no solo cambia tu forma de vivir, sino también tu estado mental y emocional. Me dio la inyección de confianza que necesitaba”.
Afrontar los miedos
“El día que perdí el pulgar fue el mejor y el peor día de mi vida. Ese acontecimiento me cambió por completo. Ahora me siento mejor persona. Soy más empática y generosa”.
Han pasado siete años desde el accidente de Julia y el camino hasta su situación actual no ha sido fácil. Pero ahora Julia es más fuerte que nunca.
Cuando otras personas le piden consejo, su respuesta es que se tomen las cosas con calma. Hoy en día, sigue viviendo y trabajando activamente para superar su mayor reto: el miedo a los perros.
La resiliencia
En 2020, Julia logró un importante hito en su recorrido. Ella y su pareja, Karen, decidieron adoptar un perro que se llama Kody Jane. La extraordinaria capacidad de Julia para adaptarse, crecer y superarse es inspiradora. Su historia es un poderoso recordatorio de que la reeducación física y emocional no es un destino, sino un camino que dura toda la vida.